sábado, 5 de marzo de 2011

Kevin y su padre

Hola, soy Jorge nuevamente. Voy a contar cómo fue mi primera fantasía al masturbarme, que, por supuesto, es enterita sobre incesto entre padre e hijo. Espero que la disfruten y comenten.

Cuando yo iba al colegio, era bastante frecuente que con mis compañeros nos invitáramos a pasar una noche en la casa del otro. Lo más común es que fuéramos en grupos: unos 5 ó 6 íbamos a la casa de uno, que invitaba y cuyos padres nos daban de comer. Pero también acostumbrábamos a ir de a uno: un amigo te invitaba a vos solo a su casa, ibas, veías una peli, boludeabas un rato, y te quedabas a dormir. Era una buena forma de socializar.
Una tarde, me invita a su casa un compañero, Kevin. A decir verdad, no tenía súper buena relación con él, ya que teníamos intereses bastante distintos y nos juntábamos con gente diferente. Sin embargo, por lo que dije antes, tampoco era tan raro que me invitara, así que acepte con mucho gusto. La propuesta era caer tipo 8 de la noche; pedir una pizza, ver un par de películas, hablar de tonteras y después irse a dormir; al otro día era sábado, así que no había que despertarse temprano. Casi automáticamente, le pregunté la dirección de la casa: me la da, y aclara "es a la casa de mi papá". Era importante la aclaración: los padres de Kevin estaban separados hacía ya un tiempo; la madre tenía otro novio con el que solía aparecer en la escuela, y el padre caía también bastante seguido con otras mujeres, aunque ninguna estable.
Poco antes de las siete, me bañé, separé un poco de plata, salí a la calle y me tomé el colectivo hasta la casa del papá de Kevin. Era un departamento de muy buen gusto, amplio, muy bien amoblado, en una zona residencial de la ciudad. Daba gusto estar allí. Cuando llegué, ambos me recibieron muy bien; hablamos un poco de bueyes perdidos, pedimos dos pizzas que comimos entre los tres, y después el papá se fue a dormir.... o al menos eso creía yo. Kevin y yo nos quedamos viendo una película, obviamente de terror. Cuando terminamos, bastante asustados, aunque sin querer reconocerlo, nos fuimos a dormir a su pieza: allí había dos camas, así que no tuvimos problema en acomodarnos. Rápidamente, me quedé dormido; serían las dos de la mañana, más o menos.
Lo siguiente que recuerdo fue que me desperté bastante bruscamente; instintivamente miré a la ventana: todavía era noche cerrada. ¿Qué estaba pasando? No había llegado a pensar nada cuando siento una mano que me toca, me acaricia y me recorre el pecho y el estómago. Me incorporé de golpe, y ahí escucho un "shhh" pidiendo silencio... en la oscuridad del cuarto, reconocí la voz del padre de Kevin. El tipo no dejaba de acariciarme el cuerpo, intentando despertarme pero suavemente. Noté que a Kevin le estaba haciendo lo mismo. Finalmente, Kevin se despertó, quejándose suavemente, pero su padre nuevamente lo calló suavemente. Nos incorporamos en la cama, totalmente desorientados; el tipo nos mira sonriendo, y nos dice: "Chicos, vengan a mi cuarto, hay algo que quiero mostrarles". Tuvo que repetir la frase varias veces hasta que atinamos a obedecerle; como sonámbulos, nos movimos a tientas hasta su habitación, al lado de la nuestra. Una vez que llegamos, me percato de que el hombre estaba totalmente desnudo. No me sorprendió mucho: yo hacía natación, así que estaba muy acostumbrado a ver cuerpos de hombres desnudos. Por otra parte, como mi propio padre dormía desnudo, para mí era habitual que estuviera en bolas.  Por otra parte, estábamos entre hombres, así que había confianza....
-Miren, hay algo que quiero mostrarles- dijo.
-¿Qué, papá?- preguntó Kevin.
-Es algo que tienen que saber.... es muy importante, fundamental diría yo.... y ustedes ya están en edad, y merecen saberlo.
Yo lo miré con mala cara: detesto que me despierten, y más para jugar a los misterios. ¿Qué podía ser tan importante a las 5 de la mañana?
El tipo se apiadó de nuestra cara: "Vamos, chicos, vamos al baño y se lavan la cara". Fuimos, encendimos la luz, y nos apoyamos contra el lavabo. Ahí, por el espejo, pude apreciar por primera vez al padre de Kevin: medía un metro noventa, pesaría unos 100 kilos, era bastante robusto, poco pelo en pecho, casi calvo.... y portaba una pija interesante en proporciones: era muy larga, y de un grueso promedio. Era una buena pieza. cuando nos inclinamos sobre el lavatorio, el hombre se apoyó detrás nuestro, sobre nuestras espaldas, y puso su cabeza entre las nuestras. Claramente, nos estaba apoyando, pero por alguna razón, no me importó. Ya había logrado despertarme la curiosidad.
-¿Listo?- preguntó. Sí, listo. Volvimos a su cuarto.
-Sientense en la cama, por favor- nos dijo.Lo hicimos; él se quedó parado frente nuestro, mirándonos sin dejar de sonreír.
-¿Y papá? ¿Qué querías mostrar?- preguntó Kevin.
-Ustedes saben, chicos, que el ser humano no viene de un repollo ni de una cigueña- dijo el tipo. Lo miré con fastidio: nunca había creído esa estupidez. El tipo advirtió mi expresión.
-Los bebés nacen de la unión entre un hombre y una mujer.... el hombre planta una semillita, más exactamente, un espermatozoide, en el óvulo de la mujer. Y de ahí se forma el bebé-. "Y dale con las idioteces", pensé yo.
-¿Pero ustedes saben cómo sale ese espermatozoide del hombre?- preguntó. Nos quedamos: la verdad, saber, lo que se dice saber, no sabíamos. Circulaban leyendas por ahí, en el colegio; pero saber en serio, no.
-No- contesté yo, intrigado.
-El hombre mete su pito... digamos, mejor... pija, ¿no?... en la vagina, o concha de la mujer, y al cabo de un rato sale un líquido viscoso, blanco, que es el que tiene los espermatozoides que van hasta el óvulo - explicó.
-Ahhhh...- fue nuestra respuesta.
-Pero no es solo meter la pija; porque el líquido no sale inmediatamente. El hombre tiene que moverse bastante, frotar, por así decir, la pija, para que salgael líquido.... puede llevar bastante tiempo, a veces.
-¿Y cómo es eso?- pregunté. Nunca imaginé que esa pregunta cambiaría mi vida.
-Eso es lo que les iba a mostrar. Es muy importante que ustedes hagan sentir bien a la mujer; es importante que ellas disfruten, y ustedes también. Para eso, se tienen que mover bien, muy bien. Y es lo que les voy a enseñar ahora.
-¿Y por qué ahora?- pregunté.
-Porque ustedes están listos, y merecen saberlo.
-¿Y cómo nos vas a mostrar?- preguntó Kevin. Otra pregunta clave: no había mujeres por ahí.
El padre sonrió aún más. Vagamente, algo presentí. Pero era tan vago todo...
-Yo les voy a enseñar cómo hay que moverse. Simplemente, yo me voy a mover, y ustedes van a prestar mucha atención. Yo me voy a frotar y ustedes van a sentir todo.... es decir... van a ver qué es lo que sienten las mujeres.
Nos quedamos mirando, sin entender del todo. El tipo resopló: pensó que iba a ser más fácil, seguro.
-Digamos que ustedes van a sentir lo que sienten las mujeres.... así, si prestan atención, van a ver con qué movimientos disfrutan más, y con cuales no. Yo me muevo; ustedes sienten. Cuando ustedes sientan placer, fijense cómo me estoy moviendo yo; y cuando no les guste.... bueno, eso no va a pasar, peor si es así, igual presten atención.
-¿Y cómo sabés que nos va a gustar?- preguntó Kevin.
-A todos les gusta cómo lo hago yo- dijo el tipo, presumido. -¿Entienden? Ustedes van a hacer de cuenta que son mujeres.... presten mucha atención, por que les va a servir a después.
-¿o sea, vos vas a hacer el hombre?- preguntó Kevin.
-Sí, yo soy el hombre, y ustedes va a hacer de cuenta que son mujeres... voy a empezar con vos, hijo, después le muestro a Jorge. Jorge, vos mirá igual ahora.
-¿Y cómo vas a hacer?- preguntó Kevin. Yo miré para otro lado: ya había entendido.... tampoco tenía tantos agujeros, ¿no?
-Por el culo - respondió el tipo, seco- No es lo mismo, pero se parece. Duele un poco más.... pero yo los voy a cuidar. Dale, Kevin, sacate la ropa.
Kevin dudó. No parecía haber entendido mucho. El tipo empezó a impacientarse. Suavemente, pero con determinación, le sacó la remera; lo manoseó en el pecho, le dio un lenguetazo en la boca, y comenzó a bajarle los pantalones. Kevin se frenó: paró, un segundo, y se bajó todo. Ya sabía lo que le tocaba.
El padre empezó a besarlo desaforadamente en la boca, mientras le tocaba todo: la pija, los huevos, el culo. Sobre todo el culo; se lo había agarrado con las dos manazas que tenía, y no paraba de restregar las nalgas entre sí. Kevin, simplemente, se dejaba: estaba aprendiendo.
El tipo le dio un último beso larguísimo en la boca a su hijo, y después lo dio vuelta; lo puso de frente a l cama, y suavemente, lo empujó hasta quedar acostado boca abajo. El tipo se paró una última vez, mirándome, asegurándose de que yo aprendiera. Vi que tenía la pija totalmente parada y dura: me dio un poco de miedo por Kevin, ¿sería capaz...?
El tipo agarró un frasco negro; sacó un poco de líquido, y se lo untó en la pija. Luego, se tomó la base con las dos manos, la endureció más todavía, y acercó sus caderas hasta el culo de Kevin. La punta hizo contacto contra las nalgas. El tipo paró, respiró dos veces profundo, y empezó a empujar el pene dentro de Kevin.
El chico pegó un grito desgarrador; instintivamente, lo callamos, temerosos de que los vecinos lo escucharan. Vi miedo en la cara del padre; claramente, esto estaba mal... pero en seguida se relajó.
-Kevin, por favor, no grites tanto. Si te duele, decí "te quiero papá", bajito, y yo voy  parar. Te voy a cuidar hijo. Te amo. Voy a ir despacito, te lo prometo.  Jorge, para vos también, cuando sea tu turno..
Asentí, con miedo. Debía doler.
-Te quiero papá, te quiero papá, te quiero papá, te ... quiero... papáaaa.... ahhh, ahhhh, ohhh.
Vi que había entrado casi toda: Kevin estaba haciendo un esfuerzo increíble para no gritar: efectivamente, quería mucho a su padre. El tipo dio un último empujón, y entró toda; peor para mi sorpresa, se dejó caer totalmente encima de Kevin. El grito que dio el pobre se ahogó en la manta: su padre pesaba más del doble, lo estaba ensartando como un pollo, y encima se estaba apoyando sobre él. Terrible.... y muy excientante también.
El padre empezó a moverse hacia adelante y hacia atrás. Viéndolo, pensé que se trataba de un lápiz sacándose punta. Empezó despacio, respetando las respiraciones de Kevin.
-¿Qué sentís?- le preguntó, casi con aire científico.
-Me... duele... pero me gusta.... sobre todo, cuando avanzás.
-Perfecto; mirá al espejo como hago. Ahí, hijo, miráte. Así, eso... ah, ah ahhhh, oh sí... ahhh.... ¡te gusta?
-Sí, ppá sí.... ay, papá.... más papá.... ah, ah. ¿eso sienten las mujeres?- alncanzó a preguntar Kevin, en medio de su delirio.
-Sí, eso.... pero yo lo hago muy bien... y a vos te lo hago perfecto... sos mi hijo... te amo, lo que más quiero... aprendém aprendé... y gozá, sí síiiiiiii
Pensé que al tipo ya no le importaba tanto el aprendizaje, peor no me importó: yo estaba en el séptimo cielo, viendolos coger. No pensaba en anda. Simplemente, mi pija, dura como una roca, quería imitar a la del papá de Kevin; tenía ganas de sentirme como un hombre...y sin embargo, antes me esperaba la "mujer". Pensé que Kevin no era una mujer: ciertamente se la estaban metiendo, y de lo lindo, pero no se veía femenino. Parecía más bien como el compañero que le hacía la gauchada al otro... en este caso, su padre. ¡Qué envidia!
-Ahh, ahh, ohh, sí, sí, papá, sí sí, hijo, ay, más, más, dale, ¿te gusta? ¿Así? ¿Más, ay, no, sí, aprnedé, Kevin, sí, papá, que no se te olvidé, no, ppá... sí, papá, sí , papáaa, ay, papáaa, papáaaa, papáaaaaaaaaa.
El padre ya estaba desaforado; se movía como un poseso. Me asusté, vi que su cara se endurecía y perdía la vista sobre el cuello de su hijo. Kevin estaba en un grito prolongado, olvidándose de los vecinos.....estaba babeando sobre la cama, loco de placer.
Finalmente, el tipo aceleró más todavía: fue rapídisimo, y de golpe, avanzó mucho más todavía adentro de Kevin; se quedó duro un segundo, y se desplomó sobre su hijo. Kevin ni se quejó: estaba en el paraíso.
pasó un minuto, más o menos, y el tipo empezó rápido a retroceder; sujetándole las nalgas, sacó su pija de adentro; estaba un poquitín sucia con caca.
-No importa, Kevin, estas cosas pasan.... la próxima, nos lavamos bien antes. Voy a lavarme bien, y después le muestro a Jorge. ¿Te gustó hijo?
-Mucho, pa. fue lo mejor.
-¿Y a vos Jorge?
-Uf... me da miedo el principio, pero.... quiero ya ser un hombre- dije.
-Después de que te muestre a vos, vas a practicar con Kevin. Kevin, sé bueno, deja que Jorge experimente antes, ¿sí?
-Bueno, pa. ¿pero yo voy a poder después?
-Sí, obvio. Con Jorge, o algún otro compañerito que consigamos. Esperenme acá, chicos.... ya vuelvo- dijo sonriendo.
Salió hacia el baño. Kevin y no nos miramos, sonriendo. Éramos los preferidos, los que sabíamos antes que todos. Teníamos al mejor maestro....y lo íbamo a seguir teniendo.
La próxima, les cuento como el padre me enseñó cómo moverme. Hasta entonces.

Nuevamente, los invito a comentar, sugerir, criticar, aportar, y contar sus propias experiencias o fantasías. Gracias.