domingo, 23 de mayo de 2021

Poesía otoñal

 Es un domingo a la tarde de otoño, voy camino por la calle hacia la casa que era de mi abuelo. 


Vengo de encontrarme con una amiga.


El cielo está nublado, sopla un viento bastante frío, hay hojas caídas en la calle y en las veredas. 


Voy escuchando una música suave en francés.


Giro algunas calles, llego a la vereda.


Arribo a la puerta.


Toco timbre.


Espero.


Me abren. Me abre.


Es mi papá.


**********************************


Me invita a pasar.


Lo hago.


Hay un fuego en una estufa.


Está muy agradable.


Me saco el abrigo.


Me invita al comedor principal.


Me siento.


Se va a la cocina, y vuelve poco después con una gran pizza casera.


Corta las porciones y sirve.


Comemos y hablamos.


***********************************


Papá no toma alcohol, no le hace falta.


Y a mí tampoco.


Nos abrazamos.


Nos besamos.


Nos acariciamos.


Nos damos placer.


Pasamos al dormitorio.


Me tumba en esa cama nueva para nosotros, y se mete conmigo.


Me acuesto boca arriba, abajo suyo. Me abraza desde arriba. Hacemos el misionero.


Nos damos más placer, sobre todo oral.


Saca un preservativo y un frasco de lubricante.


Se pone el preservativo, mientras yo me pongo el lubricante.


Enfila hacia mí.


Me toma de las piernas.


Yo respiro.


Empieza a entrar.


Yo me voy abriendo.


Sigue entrando.


Me sigo abriendo.


Entra toda y yo soy un anillo a su alrededor.


Se mueve.


Cierro un poco para darle más fricción.


Sigue gozando.


Yo me contagio.


Pierde el control.


Yo me preparo.


Explota.


Trago.


Descansa.


Me pajeo.


Se hace de noche.


Vuelvo a casa.